*Cuenta
Carina*
Estaba en la
espera de mi Marido quien tardaba más de lo habitual. No sé que era lo que me
tiene tan inquieta, será el embarazo (si embarazo,estaba embarazada de mi marido Sebastian) que me tiene muy sensible? O simples
celos? No lo sé, solo que esta vez se lo iba a preguntar. Porque Estaba llegando
tan tarde por la noche?
Luego de un
rato de espera, como en lo habitual, leyendo. Estaba muy concentrada y escuché
como se acercaba a mí para darme un cálido beso en la mejilla y luego uno en la
comisura de los labios.
-Hola mi
Reina- Dijo con una brillante sonrisa, la cual borró al escucharme decirle.
-Hola, ¿Por
qué llegas tan tarde Sebastián?- Sorprendido me miró ¿será que yo ya no le
tenía ni una mínima pisca del miedo que le tenía hace casi un año?
-¿Por que
pregunta la Reina de Ferris?- Dijo acostándose a mi lado.
-¿Por que?
Porque llegas mas tarde de lo habitual, son las doce menos cuarto, tu horario
habitual es a las diez, como mucho y media- Dije ciertamente. Me miró con ambos
ojos abiertos de par en par y me contestó tranquilo.
-¿Que insinúa
la Reina de Ferris?- Dijo mirándome de costado, una discusión se asomaba.
-No insinúa
nada ella, solo que lo ve llegar tarde la segunda noche consecutiva y pregunta ¡Es
todo!- Dije mirando hacia mi costado furiosa, odio cuando se hace el que no
sabe de lo que le hablo.
-¿Que te
pasa Carina? ¿A caso te picó un bicho arreglando el jardín?-
-¿Pero como
sos capás de hablarme así sabiendo que tengo a tu heredero dentro de mí?- Dije
ya dando un golpe muy doloroso para él.
-No estarás
desconfiando de mi fidelidad ¿no? Porque si es así, me lo tenés que decir ¿escuchaste?-
Me di vuelta rápidamente para mirarlo.
-Por
supuesto, por supuesto que te lo voy a decir, ya no me voy a callar, ni con vos
ni con nadie si está mal y el maldito
protocolo me dice que va en contra, te lo voy a decir igual e iré a parar a la
guillotina. Y sí, ¡Desconfío de tu maldita fidelidad!- Dije furiosa, estaba
cansada de que la gente me tome el pelo. Al principio me sorprendió, pero él me
dio su confianza y si esta manera de crecer junto a mi valor me hacía tener la
consecuencia de morir en manos de mi esposo, ya no pensaría en ello, que lo
haga si quisiera!
-¿Pero cómo
me respondes así?- Dijo plantándose a mi lado con muchísimas ganas de escuchar
mi motivo, yo lo miré casi con miedo, pero una vez esta vez mí valor no se
detuvo y lo seguí enfrentando con mis respuestas.
-¿Y como
queres que te responda? ¿Que querías, que siga mis días yo embarazada y vos de
Don Juan por ahí? ¡No! No querido, dejame decirte que me cansé y te lo vuelvo a
decir, si mi consecuencia es morir, ¡No tengo problemas Sebastián Estevanez de
Varick!- Dije levantándome de la cama.
-¿A dónde
vas? Me gusta que me plantes y que te defiendas…y ¡No! No te estoy siendo
infiel, luego de probar tus besos no quiero más que solo los tuyos. Los de otra
mujer no serían lo mismo para mí, sería como besar a un sapo… Y sabés que te
amo demasiado para verte morir…- Dijo levantándose- ¿A dónde vas mi amor?-
Tratando de ser dulce.
-Lejos tuyo,
estoy cansada… cansada de vos y de mi padre ese maldito cretino que ni su
propia mujer lo amaba, ni mi madre… Yo no quiero discutir, quiero pensar…
-No, no
podés irte ¡Tengo miedo! No, no te vas a ir, vas a acostarte a dormir junto a mí,
podemos arreglarlo charlando. Vamos Carina, ya te dije que no te engaño, es
solo que me quedo adelantando cosas, pero jamás podría engañarte, creeme por favor…- Tratando de convencerme.
-¡Basta!
Basta de falsedades, basta de maltratos, no quiero de eso en mi vida. Mi hijo
no nacerá de una mujer idiota. ¿Me escuchas? ¡No soy idiota!-
-Yo lo sé-
Lo interrumpí para seguir diciendo muy enojada.
-Ya te dije
no voy a dejar que ninguna persona más destruya mi imagen, esta imagen que poco
a poco estoy tratando de cambiar siendo más normal a los ojos de los demás, de
esos que junto a vos me veían como una loca… Ya dejame es paz, y si tenes
problemas vení pero solo para matarme y si no te da la sangre, mándame
guardias, pero ya no voy a estar besando tu pies entendiste? Ya no besaré los
pies de nadie, nadie se merece mis besos, porque todos no hacen más que tomarme
el pelo por ser tan buena y obediente ¡Malditos soberbios e ilusos!- Dije
rápidamente y totalmente devastada, superada. Sebastián tenía sus ojos abiertos
aún de par en par y no hacía más que sorprenderse con mis palabras, estaba de
cuatro meses de embarazo y estaba demasiado sensible, estaba imposible de
tratar!
-Está bien,
si eso queres, pero antes quiero que sepas la verdad…- Dijo tratando de
confesarme algo. Mi garganta se cerró por segundos dejándome un nudo horrible. Me
di vueltas luego de haberme puesto mi bata.
-¿De que
verdad hablás?- Pregunté horrorizada.
-Tranquila,
no pienses mal, pero si estas dos noche estuve, va me despedí de una persona,
que bueno, necesitaba verme que se yo…-
-¿Quien?-
Pregunté ya con lágrimas en mis ojos, la vi rondar en el Pueblo, sabía
perfectamente que era ella.
-Esperanza- Me dijo sin anestesia.
Lo miré a
los ojos con enojo, con ira, con rencor, con bronca. Me miró con miradas de
súplica en perdón, pero yo respondí pegando un fuerte grito agudo de descarga.
Sebastián tapó sus oídos y solo me miró sin saber controlarme. Luego del grito
escuché llegar a Isabella, pero no dije nada y salí corriendo de la habitación
dejando a todos sin tiempo de decir o preguntar algo que de seguro sería una
estupidez.
Corrí por
los pasillos enormes del palacio, de mi palacio, hasta salir hacia el Jardín.
La luna estaba llena y mi jardín bajo la Luna se veía hermoso, estaba orgullosa
de ese espacio. Me tiré en un costado de una columna a llorar con necesidad
descargando mis nudos. Esa mujer, ya no le basta todo el daño que me hizo la
última vez que estuvo cerca de mí ¿Que se aparecía nuevamente en mi vida? No
quise escuchar de Sebastián sus maneras tan estúpidas de excusarse y tomarme el
pelo con sus mentiras. Cuantas veces habrá vuelto a estar con ella… ¡Malditos
idiotas! Estaba cansada, podrida de que mi entorno se burlara de mí.
Estaba en mi
jardín, ya no lloraba, porque sentía que no valía la pena llorar por gente que
no derramaría ni una lágrima por mí. Iba caminando a solas, bajo la luna,
contemplando esa preciosa vista, cuando un ruido me descolocó de mis
pensamientos y a lo único que llegué a sentir es a una mano tomando mi cintura
y a una mano tapando mi boca por donde sin pensar había dejado escuchar un
grito fuerte y agudo del susto hacía unos segundos atrás. No me dejó
reaccionar, me tenía aprisionada y solo me subió junto a él y por más que me
resistí, me llevó.
*Cuanta
Sebastián*
Estaba en la
habitación, algo culpable de que ella pensara que yo la engañaba, pero estaba
muy feliz de que ella haya perdido esos miedos tan estúpidos que no la dejaban
ser esa mujer increíblemente valiente que es. Una mujer con sos condiciones en
la cama no podía responderme con un –Si su alteza- toda la vida, me encantó que
me haya tratado como un idiota, porque eso es lo que soy al haberle ocultado
que me vería con Esperanza. Un silencio tomaba la habitación de ella y mía,
cuando un grito muy agudo y familiar para mi vino desde el Jardín, me asomé a
la ventana y vi como un hombre de negro escapaba con mi Reina a caballo.
Desesperado baje y ordené a mis mejores guardias a buscarla.
-LEVÍ,
BALTASAR!- Llamé a ambos y juntos me respondieron.
- SEÑOR-
-SE LLEVARON
A LA REINA, SE FUE HACIA EL LADO DEL OCASO, VALLAN Y HASTA NO ENCONTRARLA NO
VUELVAN! NO VUELVAN SI ELLA, ESCUCHARON?-
-SI SEÑOR!-
Mientras yo
tambien me calzaba mi abrigo para subir un caballo y correr a buscar al amor de
mi vida. Alguien se raptó a mi esposa y hasta no tenerla junto a mi otra vez, no
pararía.
Rocio y Belen.
awww me encato! re tierno! quiero mas! xfa! se q soy artante, pesada, loca o como me quieran decir pero quiero mas! y en lo posible q sea hoy! con uno mas me conformo!
ResponderEliminarmassssssssss x favor
ResponderEliminarMe encanto quiero mas xfa hermosos cap <3
ResponderEliminarcuando subis el otro capitulo
ResponderEliminar