-Si alteza - contestaron todos al mismo tiempo
que hasta me asuste.
-Entonces entren- les grite al ver que las
cosas se estaban poniendo feas mientras notaba que mi tono de voz tomaba mucha
más fuerza y valentía, luego de este viaje, yo ya no sería la misma.
Diez
guardias se quedaron con nosotras, que no sabíamos que hacer y sabía que las demás
estaban igual que yo, porque me quedaban viendo como si yo tuviera toda la
experiencia en esto, si a penas era la primera vez que salía de Ferris.
-¿Que hacemos?- preguntó Emma que temblaba no sé
si de frió o de nervios, porque yo temblaba de las dos.
-Alteza lo mejor será esperar acá- me dijo uno
de los guardias.
-Pero ustedes hacen más falta adentro- dije
titiritando.
-Por que no pasamos con los guardias y que
ellos nos hagan entrar así no nos atacan- dijo Sophia.
-Si eso está bien- dije, la verdad no estaba
segura de nada, lo único que quería era ver que Sebastián esté bien, así que
con todo el trabajo del mundo me baje del caballo. Me ayudaron tres guardias
porque todo mi cuerpo estaba entumido. Todo me dolía, no podía mantenerme de
pie, así que me tuvieron que cargar para subirme al otro caballo con el
guardia. La situación de las demás no fue muy diferente.
-Gracias a dios puedo cerrar mis piernas- dijo
Emma dando un largo suspiro.
-Emma- la retó Sophia.
-Perdón, pero es la verdad- dijo Emma, quien
también subió cargada al caballo.
-Agárrense fuerte altezas, vamos a ir a todo
galope! - me dijo el guardia.
-Si está bien - dije muerta de nervios, ya
hasta el frió se me había olvidado.
Y así
comenzamos a correr. Dios juro que todo me temblaba, el caballo sí que tenia
velocidad. Juro que si no fuera por el incidente con Sebastián hubiera dejado
de ser doncella con tanto rebote que daba en el caballo.
Entramos a Varick y vi la lucha, yo estaba aterrada, solo se veía a
gente caer y el ruido de las espadas chocando, pero por más que buscaba a Sebastián
con la mirada, no lo veía. Llegamos a la entrada del palacio, que estaba
custodiada por varios guardias, nos dejaron pasar al ver los uniformes de los
soldados de Ferris.
Cuando nos bajaron y vieron que éramos nosotras las que veníamos en los
caballos, ni nos preguntaron, nos cargaron y nos metieron al palacio, nos
llevaron a uno de los salones y yo por más que preguntaba por Sebastián nadie
me decía nada pero tampoco tenía las fuerzas para patalear o siquiera para
soltarle un golpe.
Las
cuatros caímos al suelo, nuestras pobres piernas no nos daban mas.
-Tenemos que aguantar y saber que están bien-
dije intentando ponerme de pie.
-¿Estás loca? No puedes salir de acá!- me dijo
Belle mientras que sobaba sus piernas.
-Dije que así tuviera que ir a la batalla para
que Sebastián me lo jurara, iría! - dije cuando por fin había logrado ponerme
de pie.
-Hija no salgas- me dijo Sophia que también
intentaba ponerse de pie.
-Tengo que ir por él- dije dando pasos muy
cortos mis piernas me dolían demasiado, pero de peores me había levantado.
Cuando
por fin había logrado llegar a la puerta, quien sentía estar a cien metros, la
puerta se abrió de golpe y por ahí entro Sebastián con su espada en la mano y
su traje de batalla lleno de sangre.
-Sebastián - Dije emocionada al verlo.
-¿Qué estás haciendo acá Carina?- dijo agarrándome
de los brazos porque estaba a punto de caerme otra vez.
-Jurámelo!- dije.
-¿Qué?- me preguntó sin entender.
-Júrame que vas a estar bien y que vas a
volver conmigo - le rogué.
-Carina....
-Carina nada! Estuve no sé cuantas horas
arriba de un caballo sin bajarme para nada. Me subí atrás de un soldado que
hizo que el maldito caballito sea como un rayo. Me duele todo el cuerpo, no comí
en mucho tiempo, así que más te vale que me jures que si volves a salir por esa
puerta para luchar, vas a volver sano y salvo y vamos a regresar a Ferris en
carreta aunque tardemos más- dije de corrido y en un tono de voz que ni yo
sabía que podía hacer.
-Juráselo Sebastián por que te juro que si nos
hace salir al campo de batalla para que se lo jures, te voy a sacar el
juramento a golpes- le dijo Belle que seguía sobándose sus piernas.
-Estás loca, pero te amo, y te juro que voy
a regresar sano y salvo para empezar de
nuevo a tu lado- me dijo Sebastián con una divertida sonrisa mirándome a los
ojos. Casi caigo nuevamente, pero me incorporó bien junto a él y mientras me
tenía apegada a su cuerpo, nuestras narices lograron rozarse.
...Continuara...
Rocio y Belen
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