Me aferré a
él sus brazos me apretaban y yo me colmé de un miedo que me recorrió todo el
cuerpo en un escalofrío. No me importaba nada, tenía ganas de llorar, recordar
tanto dolor me hacía mal tenía miedo de que tanta felicidad y libertad sea
mentira y solo sea un sueño, un bello sueño.
-¿Que te
pasa mi amor?- Me preguntó preocupado.
-Tengo
miedo- Dije quebrada en sus brazos.
-No, no
llores, decime que te da miedo mi Reina- Me dio un dulce beso en la mejilla y
yo le confesé mi inquietud.
-Tengo
miedo, de ser feliz y que sea solo un sueño, que vos no existas en mi vida y
que me levante una vez más en esa horrible habitación encerrada como una
delincuente- Dije muy asustada y sentí como un pinchazo me lastimaba el brazo
izquierdo- ¡AUUCH!- Me quejé sobándome mi bracito y él se sonrió dándome un
beso.
-Yo estoy
acá con vos, soy Sebastián, vos mi esposa Carina, ambos reyes de Ferris… Acabas
de regalarme la mejor noche de toda mi vida-
Lo miré y
veía como unas lagrimas se asomaban en los nacimientos de sus ojos y yo tambien
sentía empapar mis mejillas para fundirme nuevamente en uno de esos besos que
tan enamorada me traían de él. Al finalizar con varios pequeños de esos besos…
-Gracias,
gracias mi amor, te amo Sebastián, gracias por eliminar mi calvario- le dije
aferrándome a él muy fuerte.
-Y es lo
menos que tenía que hacer, tanto te dañé que aún no puedo olvidarlo- Dijo
volviendo a recordar esa maldita culpa.
-Tenés que
olvidarlo, yo ya lo hice- Dije recostándome nuevamente en su pecho escuchando sus
latidos que me hacían descansar. Él me interrumpió.
-¿Enserio
lo olvidaste?- Esperando una respuesta.
-¡Pos
supuesto! yo jamás miento. Aparte, no vamos a vivir toda la vida recordando
cada vez que nos lastimamos o ¿no? La vida sigue, y junto a vos estoy segura
que nunca volveré a recordar ese mal rato- Me volví a recostar y le pedí –Ya no
me de charla su Alteza, estoy muy cansada y encontré el lugar perfecto para
dormir relajada-
Se sonrió
al igual que yo, me acarició para volverme a dar un beso entre sonrisas y
finalizó.
-Hasta
Mañana mi amor-
-Hasta
Mañana mi amor- Le respondí tal cual me dijo él.
Sentí como
me apretó en un abrazo y me guardó entre sus brazos, era mi ángel… Ese ángel
que vino para sacarme de tal obscuridad en la que vivía, para poder ser yo
misma y aprender a valorarme, pero por sobre todo para ser Feliz y conseguir mi
vida Paz.
*Cuenta
Sebastián*
Al otro día
ya estaba amaneciendo y sentí como el primer rayo de sol de la mañana me
invadía en el rostro. Abrí mis ojos y vi que esa hermosa mujer, mi mujer,
estaba sobre mi cuerpo, había sido mía y no fue un delirio. La observé sobre mi
cuerpo, bien hermosa se veía con esa piel bien sedosa con esa superficie y ese
parecido con el de las rosas, te aseguro que es mi rosa preferida. Pasé mi mano
por su espalda desnuda y suspiré sabiendo que estaba en donde quería estar, no
en “Ferris”, ni en su “Palacio”, con ELLA quería estar y eso me dio a entender
que si estoy con ella, no necesito nada más.
Dormía como
un ángel que se le había escapado a Dios, como una rosa recién brotada, la más
hermosa de su jardín, como una estrella recién nacida y bien brillante, llena
de vida. Volví a pasar mi mano para sentir su piel, pero esta vez por su pierna
descubierta de entre las sábanas y se levantó poco a poco hasta abrir los ojos.
Me vio a mí en primer lugar y su sonrisa apareció sin permiso dejándola aún más
hermosa de lo que ya era. Luego miró hacia la ventana y vio como poco a poco el
sol se iba poniendo y sin decir nada volvió a aferrarse junto a mí cerrando sus
ojos y apoyada en mí pecho. Estabamos en silencio hasta que ella lo rompió
diciéndome.
-Escuchar
tus latidos me dan paz- Dijo aún amarrada a mi sin intenciones de dejarme.
-Y a mi Vos
me das paz- Dije encontrando que era lo que me hacía tan cursimente cortés, “Su
Amor” no quería más que complacerla, después de esa noche y de sentir sus
caricias y besos, ya el corazón decidió quedarse con ella para siempre y ni
siquiera me preguntó, aunque ya tenga mi respuesta.
-Te Amo
Carina-
-Yo Te Amo
Sebastián- Me dijo con una inmensa sonrisa mientras se subía sobre mí y me
besaba.
-Veo que de
a poquito va perdiendo la vergüenza mi Reina- La burlé. Me miró algo rojiza y
respondió.
-¿No era
eso lo que el Rey quería?- Me dijo con una mirada pícara y su sonrisa bien
amplia.
Esa mujer
quería volverme loco. Estaba encima de mí y, ¿Provocándome?
-¿Sabés
que?- Me dijo volviendo a su lugar y aún aferrada en mis brazos.
-¿Que mi
amor?- Le dije esperando una respuesta.
-Mi mayor
deseo es que nos amemos por la eternidad, y que tengamos una familia…- La
interrumpí.
-¡Grande!
Lo sé mi amor- Dije mirándola a los ojos.
-Sí, y que
nuestro amor persista por siempre y que se lo conozca hasta en Fin Del Mundo-
-Y si es
por mí, vos sos el Fin De Mi Mundo- Le di un beso de lo que ella se ruborizó
encantadísima con mi alago y arreglé –No, no. Vos Sos Mi Mundo- Ella se sonrió
aún más muy emocionada. La besé con pasión mientras le demostraba a mi manera
que nada de lo que nos sucedía era un simple sueño y que ella era Real en Mi
vida.
......... Continuara .......
Rocio y Belen
No hay comentarios:
Publicar un comentario