lunes, 25 de noviembre de 2013

Capitulo 21

Me aferré a él sus brazos me apretaban y yo me colmé de un miedo que me recorrió todo el cuerpo en un escalofrío. No me importaba nada, tenía ganas de llorar, recordar tanto dolor me hacía mal tenía miedo de que tanta felicidad y libertad sea mentira y solo sea un sueño, un bello sueño.
-¿Que te pasa mi amor?- Me preguntó preocupado.
-Tengo miedo- Dije quebrada en sus brazos.
-No, no llores, decime que te da miedo mi Reina- Me dio un dulce beso en la mejilla y yo le confesé mi inquietud.
-Tengo miedo, de ser feliz y que sea solo un sueño, que vos no existas en mi vida y que me levante una vez más en esa horrible habitación encerrada como una delincuente- Dije muy asustada y sentí como un pinchazo me lastimaba el brazo izquierdo- ¡AUUCH!- Me quejé sobándome mi bracito y él se sonrió dándome un beso.
-Yo estoy acá con vos, soy Sebastián, vos mi esposa Carina, ambos reyes de Ferris… Acabas de regalarme la mejor noche de toda mi vida-
Lo miré y veía como unas lagrimas se asomaban en los nacimientos de sus ojos y yo tambien sentía empapar mis mejillas para fundirme nuevamente en uno de esos besos que tan enamorada me traían de él. Al finalizar con varios pequeños de esos besos…
-Gracias, gracias mi amor, te amo Sebastián, gracias por eliminar mi calvario- le dije aferrándome a él muy fuerte.
-Y es lo menos que tenía que hacer, tanto te dañé que aún no puedo olvidarlo- Dijo volviendo a recordar esa maldita culpa.
-Tenés que olvidarlo, yo ya lo hice- Dije recostándome nuevamente en su pecho escuchando sus latidos que me hacían descansar. Él me interrumpió.
-¿Enserio lo olvidaste?- Esperando una respuesta.
-¡Pos supuesto! yo jamás miento. Aparte, no vamos a vivir toda la vida recordando cada vez que nos lastimamos o ¿no? La vida sigue, y junto a vos estoy segura que nunca volveré a recordar ese mal rato- Me volví a recostar y le pedí –Ya no me de charla su Alteza, estoy muy cansada y encontré el lugar perfecto para dormir relajada-
Se sonrió al igual que yo, me acarició para volverme a dar un beso entre sonrisas y finalizó.
-Hasta Mañana mi amor-
-Hasta Mañana mi amor- Le respondí tal cual me dijo él.
Sentí como me apretó en un abrazo y me guardó entre sus brazos, era mi ángel… Ese ángel que vino para sacarme de tal obscuridad en la que vivía, para poder ser yo misma y aprender a valorarme, pero por sobre todo para ser Feliz y conseguir mi vida Paz.
*Cuenta Sebastián*
Al otro día ya estaba amaneciendo y sentí como el primer rayo de sol de la mañana me invadía en el rostro. Abrí mis ojos y vi que esa hermosa mujer, mi mujer, estaba sobre mi cuerpo, había sido mía y no fue un delirio. La observé sobre mi cuerpo, bien hermosa se veía con esa piel bien sedosa con esa superficie y ese parecido con el de las rosas, te aseguro que es mi rosa preferida. Pasé mi mano por su espalda desnuda y suspiré sabiendo que estaba en donde quería estar, no en “Ferris”, ni en su “Palacio”, con ELLA quería estar y eso me dio a entender que si estoy con ella, no necesito nada más.
Dormía como un ángel que se le había escapado a Dios, como una rosa recién brotada, la más hermosa de su jardín, como una estrella recién nacida y bien brillante, llena de vida. Volví a pasar mi mano para sentir su piel, pero esta vez por su pierna descubierta de entre las sábanas y se levantó poco a poco hasta abrir los ojos. Me vio a mí en primer lugar y su sonrisa apareció sin permiso dejándola aún más hermosa de lo que ya era. Luego miró hacia la ventana y vio como poco a poco el sol se iba poniendo y sin decir nada volvió a aferrarse junto a mí cerrando sus ojos y apoyada en mí pecho. Estabamos en silencio hasta que ella lo rompió diciéndome.
-Escuchar tus latidos me dan paz- Dijo aún amarrada a mi sin intenciones de dejarme.
-Y a mi Vos me das paz- Dije encontrando que era lo que me hacía tan cursimente cortés, “Su Amor” no quería más que complacerla, después de esa noche y de sentir sus caricias y besos, ya el corazón decidió quedarse con ella para siempre y ni siquiera me preguntó, aunque ya tenga mi respuesta.
-Te Amo Carina-
-Yo Te Amo Sebastián- Me dijo con una inmensa sonrisa mientras se subía sobre mí y me besaba.
-Veo que de a poquito va perdiendo la vergüenza mi Reina- La burlé. Me miró algo rojiza y respondió.
-¿No era eso lo que el Rey quería?- Me dijo con una mirada pícara y su sonrisa bien amplia.
Esa mujer quería volverme loco. Estaba encima de mí y, ¿Provocándome?
-¿Sabés que?- Me dijo volviendo a su lugar y aún aferrada en mis brazos.
-¿Que mi amor?- Le dije esperando una respuesta.
-Mi mayor deseo es que nos amemos por la eternidad, y que tengamos una familia…- La interrumpí.
-¡Grande! Lo sé mi amor- Dije mirándola a los ojos.
-Sí, y que nuestro amor persista por siempre y que se lo conozca hasta en Fin Del Mundo-

-Y si es por mí, vos sos el Fin De Mi Mundo- Le di un beso de lo que ella se ruborizó encantadísima con mi alago y arreglé –No, no. Vos Sos Mi Mundo- Ella se sonrió aún más muy emocionada. La besé con pasión mientras le demostraba a mi manera que nada de lo que nos sucedía era un simple sueño y que ella era Real en Mi vida.


......... Continuara .......

Rocio y Belen 

No hay comentarios:

Publicar un comentario